RETRATO DE H. CON UNA BEBE

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Retrato de H. con una bebé
(Adagio a la Albinoni)

La bebé está contenida
entre tus manos, alas flojas,
y dedos casi transparentes.

Hablas a la bebé como si te entendiera
y imaginara tu única estadía en esta tierra.

De tu niñez te quedó el impulso para jugar,
ahora dulcemente peligroso y sano.
Tus labios ofrecen juegos
y tus dientes humanizan
sus mensajes cambiantes.

Así te presentes como si tuvieras mucho
y estás dando de lo que tienes.
Me refiero a tus juegos sonoros,
tu palabraría activa, escenas inventadas,
cuentos y roles confeccionados,
colmados con tu temperamento soleado.

También vislumbran razgos
de tu futuro como abuela;
pero ya tu juventud se afianza
y disemina sus ilusiones
de valiosas travesías y viajes venideros,
de ti en plena salud, construyendo tu hogar
en la tierra de nadie, entre ti y yo.

Aquellos que vieron como empujabas hacia mi
mañanas florecientes de aire fresco,
te ven sentada con pulsera y collar
de cuentas azules y plata
y un solo anillo en un solo dedo,
ven tu exuberante feminidad y calor
harmonizandose con tus juegos virtuales,
inventando fábulas y acciones
y presentando resultados a la bebé
que te ve con sorprendente serenidad.
Asi conservas la evolución de tu cara
que radía tu voluntad a proteger
y de caer en una cama dando pecho
hasta que tu y la bebé dormirán,
borrando así temporalmente
tu riqueza simple y máxima sofisticación
de matiz urbano y de campo.


Anwar Al-Ghassani
Jueves, 4 de marzo del 2004